Entre los síntomas más comunes de Queratosis Pilaris tenemos:
- Bultos pequeños en la parte posterior de los brazos y los muslos.
- Piel seca y áspera en las zonas con protuberancias o bultos.
- Protuberancias que se sienten como papel de lija, muy áspero.
- Protuberancias que pueden aparecer en la cara y confundirse con acné.
Causas de la Queratosis Pilaris
No se conocen las causas exactas, pero se reconoce como una posible condición genética y hereditaria.
¿Qué sabemos?
Que los pequeños bultos se forman debido a una sobreproducción de queratina, que es una proteína importante para la piel, el cabello y las uñas.
La queratina obstruye la apertura de los folículos pilosos, causando irregularidades ásperas en la piel.
¿Cómo tratar la Queratosis Pilaris?
No existe cura todavía para esta afección, sin embargo, se pueden aliviar los síntomas con una correcta rutina de cuidado de la piel con:
- Lociones humectantes para suavizar la piel.
- Cremas para eliminar las células muertas de la piel que contengan urea, ácido láctico, ácido glicólico o ácido salicílico.
- Cremas con esteroides para reducir el enrojecimiento.
- Cremas para prevenir los folículos obstruidos, como las derivadas de la vitamina A, que favorecen la renovación celular y previenen la obstrucción de los folículos pilosos.
Algunas suelen ser de venta libre, otras necesitan receta médica. Conversa con tu doctor para que te recomiende una adecuada para ti y la cantidad de veces que puedes usarla. Recuerda no automedicarte.
Recomendaciones sobre el cuidado de la piel
Ten una rutina para atender tu piel que te ayude a disminuir los síntomas y efectos de la queratosis.
- Usa agua tibia en vez de caliente, ya que esta última elimina los aceites naturales de tu piel.
- Limpia diariamente el área afectada, exfolia tu piel suavemente con la regularidad que haya indicado tu médico, y humecta tu piel.
- Trata tu piel con delicadeza y productos adecuados para ti.
- Evita la fricción con prendas ajustadas.
Aunque no tiene cura, se puede mejorar con cremas humectantes y tratamientos recetados. Es importante cuidar la piel con una rutina adecuada, evitando el uso de agua caliente y eligiendo productos suaves. Además, es recomendable evitar la fricción con prendas ajustadas.
